Hoy en día podemos encontrar decenas de diferentes pantallas de proyección, cada una hecha con diferentes materiales y colores, por ende con diferentes características, rasgos particulares que si se saben aprovechar nos pueden ofrecer un mejor resultado en las imágenes a observar. La pantalla de proyección ideal es la que mejor se adapta a las características de la sala de proyección. Hay que tomar en cuenta factores como el instrumento que va a proyectar la imagen, la distancia entre el proyector y la pantalla, las características del proyector y la luminosidad del lugar.
Una pantalla para proyector puede ser de color blanco, perla o semiplateada, entre otros, y la resultado que presente cada una de estas es muy diferente. Por ejemplo: si la superficie es blanca los negros y colores obscuros serán muy intensos pero los colores claros lucirán pálidos. Si utilizamos una pantalla semiplateada o de cristal corremos grandes riesgos de que los colores se distorsionen pudiendo tener una presentación un tanto pobre. Por eso subrayamos que sin ser una regla, las pantallas para proyector casi ideales son las que tienen acabado mate, ya que esta regula correctamente la intensidad y definición de imagen en proporción al color.
Entre los tipos más comunes de pantallas proyección están: las manuales, eléctricas, tripoides, pantallas de retroproyección, portátiles, plegables, pizarras especiales, interactivas y para empotrar en el techo.